miércoles, 24 de julio de 2013

Traición sin perdón


Algunos dicen que quien ofende y no recibe perdón se verá consumido en la llama del remordimiento hasta el final de su existencia.
Otros creen que en realidad el remordimiento no existe para quien sea capaz de olvidar y perdonarse a sí mismo, o para quien tenga en su pecho un corazón de piedra. Pero yo, que ofendí y traicioné a quien más amé, a la única persona que su mano tendió hacia mi insignificante ser, sé que ni la muerte ni el perdón podría librarme jamás de la condena que me ata a una oscura vida, mendigando por sucios agujeros para ocultarme del mundo y de mi misma.
La locura se cernerá sobre mí, y más tarde el olvido, convirtiéndome en un alma en pena que vagará de noche por los caminos, asaltando a jóvenes inocentes por conseguir un poco de amor.
Este es mi castigo por ser quien soy, por traicionar y por huir cobardemente sin recibir la condena que merezco.
  Octubre del 2005

Nunca traiciones a los que ames, o perderás lo más bello que tienes: su cariño. Ningún perdón podría sustituir eso.


Begga

No hay comentarios:

Publicar un comentario